La Grana Cochinilla
Influencias en el uso de materiales indígenas mexicanos en el arte pictórico del S. XVI en España.
Aunque han sido poco estudiadas, desde la perspectiva material existen significativas influencias que el México precolombino aportó al arte pictórico en España. Lo anterior se demuestra con el uso de la grana cochinilla originaria de México en la obra del pintor “El Greco”, este pigmento fue realmente valorado en el mundo prehispánico y en la conquista por la corona también.
El arte a lo largo de su historia, prácticamente ha sido un reflejo de los usos y costumbres, religión o creencias de cada cultura; la conquista de la Nueva España tuvo una influencia sorprendente en el arte prehispánico, como nos dice Ana Luisa Elena Alcalá en su ensayo Where do we go from here?; “el arte producido en el periodo colonial español es el resultado de formas de arte hispánicas impuestas sobre una sociedad prehispánica completamente diferente, y lo que surge en el arte a raíz de esto, es solo la manera en el que un mundo indígena, recibió, asimiló y transformó las expresiones artísticas europeas”, Alcalá Luisa, Elena, (2010). Where do we go from here?. Themes and Comments on the Historiography of Colonial Art in Latin America: Essays in Honor of Jonathan Brown. London; sin embargo, los aportes del nuevo continente al viejo también existen.
El color para la cultura precolombina era una parte esencial en las representaciones artísticas; un ejemplo de esto lo podemos ver reflejado en el arte mural de Bonampak en donde según un estudio realizado por Diana Magaloni, los mayas realizaron toda una investigación y avances tecnológicos en los pigmentos utilizados en sus murales. Se puede decir que el dar tanto énfasis al estudio y trabajo de los colores en el mundo prehispánico, nos indica la importancia que tuvo representarlos en su vida; y más tarde se vieron reflejados estos avances en el uso de los matices mesoamericanos en el viejo mundo.
Tatiana Falcón, ejecutó una exploración asombrosa del códice florentino, elaborado por el español Bernardino de Sahagún, un fraile franciscano quien al llegar a México dedicó parte de su vida a escribir las costumbres y vida cotidiana de los prehispánicos, actualmente son consideradas como documentos que han servido para la reconstrucción de la historia de México.
En libro decimo de este códice, habla sobre los vicios y virtudes; en el capitulo XXI hace referencia al comerciante de colores, el tintorero, el artista y recetas realizadas a base de la grana cochinilla. Sahagún, Bernardino. (1547). Códice Florentino, “El que muestra su canasto grande es el vendedor de colores, de diversos colores de tintes, el vende pigmentos secos, barras de pigmento de cochinilla, cochinilla mezclada con harina y arcilla (tlapalnextli), cochinilla pura, amarillo claro, pigmento color cielo (tlacehuilli), yeso, negro de humo, pigmento azul obscuro, alumbre, chicle (xictli), bitumen mezclado con chicle, rojo ocre (tlahuitl), Tlitoxtl (vainilla), mecaxoxhtl, cola de tlacuache, resinas, copal, pigmento azul hecho de flores (matlallin), raíces”. Con esto una vez más podemos demostrar que el color era algo sumamente importante y que el uso de la cochinilla en el arte del México antiguo estaba presente.
Otra manera de mostrar la importancia de este insecto, es a través de una leyenda precolombina la cual cuenta que los dioses más poderosos se enfrentaron a una feroz pelea por un cultivo de nopales. En la pelea murieron los dos Dioses y fue tan sangrienta que cubrió todas las pencas de sangre y esta se convirtió en la grana cochinilla. Los demás dioses que eran espectadores de la pelea, decidieron cubrir los cuerpos de los guerreros con un manto blanco, es por eso que la grana cochinilla cubre el nopal de blanco.
En 1521, cae Tenochtitlán y el dominio español tiene control absoluto de las riquezas del territorio mexicano. Los pueblos indígenas dejaron de pagar tributo a los mexicas y comenzaron a pagar tributo a los españoles, ese impuesto era pagado en especie como la grana cochinilla. Desde 1565 aparece documentada la exportación del rojo carmín de la cochinilla de México Tenochtitlán a España. Victoria Finlay, nos cuenta que solo en el año de 1575 alrededor de ochenta toneladas métricas de grana cochinilla llegaron a España desde México, y algunos de los pintores más destacados del siglo de oro español, quisieron utilizar la grana cochinilla en su obra. Finlay Victoria, (2002). Color a Natural History of The Palette. Reino Unido. 4, 148-149.
En el S. XVI, la demanda del color rojo en Europa fue muy grande por ser el pigmento más querido, ya que se identificaría con el poder. Los reyes se vestían de rojo, los mejores tintoreros adoraban el rojo, las mujeres del pueblo utilizaban prendas rojas en sus bodas y los artistas españoles querían este pigmento para sus obras.
Un episodio importante que influyó en que este material tomara tanta fuerza en el arte en España de este siglo, fue que a finales del siglo XV (1493), se realizó la orden de Córdoba que decía que los pintores debían pintar con materiales de alta calidad; el rojo de la cochinilla mexicana era un pigmento de altas propiedades por la fijación que tenía en las telas y es por eso que también era el más costoso. Después del oro y la plata, fue el producto Novo hispano más valiosos y que proporcionó mayores ingresos a la corona española.
Domenikos Theotokopoulos, “El Greco”, fue un pintor nacido en Creta en 1541, vivió casi toda su vida en España, murió en Toledo en 1614 y contribuyo enormemente a la pintura Española del siglo de oro, en 1580 pintó la fábula, (Fig.1) en su primer periodo toledano, esta es una pintura al óleo de dimensiones pequeñas 49 x 64 cm se encuentra en la exhibición permanente del Museo del Prado en Madrid.
En esta pintura encontramos tres personajes, un hombre vestido de amarillo del lado derecho quien porta un sombrero rojo y ríe ante la escena, en la posición de en medio observamos a un hombre soplando un tizón para poder encender una vela, y del lado izquierdo vemos un mono quien imita la acción de soplar el tizón.
El Greco, nos muestra su novedosa carrera pictórica con el sorprendente manejo del claroscuro, al utilizar un fondo completamente obscuro y la iluminación para resaltar las partes deseadas, en este caso la parte más iluminada es la cara de la figura central, que recibe la luz del tizón.
La Fábula fue analizada por el Museo del Prado en cuanto a los orígenes de los pigmentos; y aun que la gama de colores es muy limitada hace énfasis en las tonalidades de algunos personajes y telares para resaltar esa parte de la pintura, como lo hace con el rojo vibrante del sombrero del personaje de la derecha; en los estudios de laboratorio se encontraron grandes concentraciones de ácido elágico, eso significa que dio positivo a grana cochinilla mexicana.
El greco utilizó el tratado de Pacheco llamado Arte de la pintura, el cual decía que si se pretendía hacer un paño carmesí de grana o terciopelo, se debía templar el bermellón y el carmín juntos, haciendo un color alegre; y eso es justamente lo que hizo con esa gran mancha roja que fue tomando forma bajo la influencia de la grana mexicana; las pinceladas sueltas de luz y sombras darían como resultado un sombrero de color vibrante, que después de 4 siglos sigue mostrando las virtudes del pigmento. (Fig. 2)
Si bien, la mayoría de las pinturas del Greco son de índole religioso, la fábula no es una de ellas; se dice que es la representación de una pintura que describió Plinio el viejo, la cual personificaba a un joven soplando un tizón que iluminaba su rostro.
Después de esta investigación podemos afirmar que la corona Española distribuía este insecto proveniente de México a centros textiles por todo Europa y en el arte pictórico tuvo un impacto impresionante, los pintores en España más reconocidos de esta época siguieron las reglas de la orden de Córdoba, la grana cochinilla mexicana fue el material rojo más utilizado, superó en calidad a cualquier pigmento rojizo del siglo XVI.
Las razones más importantes por las cuales la grana mexicana tomó tanta fuerza y se uso como material por grandes artistas, fueron que le color rojo era muy apreciado por la sociedad Española, era un pigmento de muy alta calidad que cumplía con los requisitos para los acuerdos de la época y los españoles tenían la facilidad de poder encontrarlo debido a las importaciones realizadas desde la Nueva España.
La historia de los pueblos mesoamericanos por lo general se ha contado desde la visión del conquistador, pensando que todo el aprendizaje y aportes siempre fueron del viejo continente al nuevo; sin embargo este es un ejemplo de la influencia del uso de materiales indígenas mexicanos en el arte pictórico del S. XVI en España.
Fig. 1
Autor: El Greco
Título: Una fábula – 1580
Dimensiones: 49 x 64cm
Técnica: Óleo sobre lienzo
Ubicación: Museo del Prado
Fig. 2 Detalle
Bibliografía
- Pastoureau, Michel. El color Una historia simbólica de la edad media occidental. Une historie symbolique du moyen Age Occidental. Ed. Maurice Olender. París: Éditions du Seuil. 2006. (pp. 3,29-45).
- Magaloni Kerpel, Diana. Materiales y técnicas de la pintura mural maya. (s.a).
Recuperado de: http://132.248.9.34/libroe_2007/1050189_3/10_c06.pdf
- Magaloni Kerpel, Diana. Los pintores de Bonampak. México (2009). (pp. 62).
Recuperado de: http://www.mesoweb.com/pari/publications/RT10/Pintores-OCR.pdf
- Hernández Galván, Fide. México (2007). Recuperado de: cochinilla.galeon.com/
- Alcalá Luisa, Elena. Where do we go from here?. Themes and Comments on the Historiography of Colonial Art in Latin America: Essays in Honor of Jonathan Brown. London (2010).
- María Dolores, Gallo. Rojo Mexicano. Coloquio internacional sobre grana cochinilla en el arte .Museo del Prado (2015). Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=DuyAgmrmYPE
- Victoria, Finlay. Color a Natural History of The Palette. Reino Unido (2002). (pp. 4 134-170